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miércoles, 12 de diciembre de 2012

El alma que vestí de ti.

El alma que vestí de ti, se vuelve cada vez más amplia cuando miro tus ojos y veo tu corazón en el horizonte del destello de mi cimbrear, cuando sueño tus labios una y otra vez, como acuarela plasmada en el cielo a punto de llorar. Momento de jardines engalanados en el que deseo ser flor única de ti.

Flor única de ti, en el estanque dorado que regué con mariposas aladas que iban y venían, y revoloteaban tan cerca y tan lejos a la vez, que hacía que mi vuelo se supiera encharcado en los vértices de tu aureola cristalina y pura.

Tu aureola cristalina y pura, hace recorrer milímetros en kilómetros que faltan por recorrer, cerca de tu espesura tan equidistante a lo que tus ojos me dicen. Es así, como mi fuerza se hace huracán para seguir amándote, y amar no es naufragar, sino vivir en la burbuja ensimismada que me hace ser ser de tu sed.

De tu sed, sacié mi alegría en momentos que por ser irrepetibles quiero conquistarlos, como cima perpetua y  accesible a lo que nos queda por vivir. No es el miedo a ser yo, sino a ser esperanza del mismo navío y compartir miles de aguas, miles de océanos que con la ayuda de la luz circular de mi faro repleto de ti, luz de luces, luces de mi luz, luciérnaga de agua con luz propia.

Luz propia, luz eterna, luz de ti, luz de ambos, destello absoluto y universal que quiero compartir contigo. La metodología es el camino de tu luz, luz de placer amar juntos.

Roberto Lumar

                                        Tu luz, mi luz, brilla en cualquier mar. (Thirasia-Grecia)


1 comentario:

Anónimo dijo...

Se encendió la luz, brilla tu escritura, ahora que las tinieblas se han ido y en tus letras han despertado del sueño profundo de la nada….
Se encendió la luz, encontraste el camino, por fin vuelve a rodar este molino con agua de felicidad…
Felicidades