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martes, 18 de diciembre de 2012

De ver se trata.

De ver se trata el deber de verte, de devolverte lo que no te di, de volver a ti y de voltear el pasado con un susurro frenético, vertiente verbal de los verbos vertidos en versatilidades que veo a tu lado. De verte así, vería el universo versando en versos de nubes, hecho besos como tu verdad, que me pertenece.

De ver se trata el poder de tenerte, de posicionar las alas para volar, eléctricos parajes donde tu mirada se pierde para ser horizonte vertical y áspero de tacto de nieves y alondras. De verte así, sería ave que deslumbra lo que palpita y leo en la cornisa de tus pestañas para volver a tener tu cuerpo de espiga en la mano que te acarició con frío.

De ver se trata el saber amarte, de elegir el momento preciso de volar, sin ser un final inacabado, sólo ser un final feliz en las entrañas de tus labios, y prolongar el encanto de verte sonreír y perderme en el retraso de tus besos, que llegarán como la primavera, e inmortalizaremos el otoño tan arrugado que fue invierno. De verte así, elegiría las horas del amanecer para ser tu mariposa con alas de estrellas y hundirme en tus delicias únicas.

De ver se trata el tener que quererte, de anclar mi vida en ti, sin saber que los corazones son presagio de lo que el alma sueña. Terminar de nacer en el cielo de tu secreto, poesía de besos encandilados y que son mareas en los mares de mi tempestad, arrullo perfecto del silencio que rompen las olas cuando me besas y no se oye más que tus manos diciéndome, aquí estoy.

Si de ver se trata, sabré posicionar mis peones para hacerte reina de mi paraíso, sólo compartido por la exclusiva entrada de ti.

Roberto Lumar

                                                 Precipicio perfecto para caer en ti. (Graus)

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