Vistas de página en total

martes, 11 de diciembre de 2012

Anclado a tus ojos.

Quedarse anclado a tus ojos de estrella, es el precio diario que persigo para querer decirte que mi amor es la parte minúscula de todo mi corazón. Cada esquirla de tu alma, es lo que se me clava cuando te pido que te quedes en mi y no veo más que el atardecer de nubes que pasan y se van. Preludio de la noche soñada a tu lado, para amarte con los ojos abiertos y ser límite perfecto de tu perfección.

Quedarse anclado en tus ojos de centella, es mirar una fuente de pasión, donde me resguardo de la coraza que me cubre, y que deseo sacar para hacer de tu cuerpo ola perfecta y ondular tu alma en los vestigios de mi cuerpo, regalo deseado en la lejana lejanía de tu saliva, hálito secundario que se vuelve primario al ser tu, mi primer pensamiento en el alba que amaremos juntos.

Quedarse anclado en tus ojos de caramelo, es tener el sentido de las agujas del reloj, mirando hacia un futuro que se hace melancolía, nota musical de todos los colores, arpegios de soles tocando mi alma, y momentos que son estallidos de pasión, cuando las lunas de tu alma son espacios de tiempo que deseo hacer eclipses con tus besos.

Quedarse anclado a tus ojos de mariposa, es desear que mi momento en el tuyo aún no ha pasado, que somos caracolas de vértigo, que sabemos mirar un presente en el futuro de una campana que atiza la brasa que se hizo con el fuego de nuestros besos. Por eso, quiero ser tu estrella para hacer del norte, tu guía y que el sur sea vivir al oeste de tu edén, siempre juntos, siempre adjuntos, siempre imperecederos.

Roberto Lumar

                                 La inmensidad me mira, como yo a tus ojos (Thiressia-Grecia)

No hay comentarios: