Desiertos hecho semillas.

Desiertos que se vuelven vergeles en la latitud de tu cuerpo. Sensaciones precisas, de tener el aroma de tu piel, en el oasis de tu burbuja, predispuesta a ser huella como única flor de mi alma, en los pétalos de tus labios, en mi cuerpo hecho ola cuando me tocas, y el murmullo de tus amaneceres son juegos, que duermen en el hábito de ser uno en dos.

Desiertos que se tornan volátiles, vuelos de placer en horas de sensaciones, que me circunvalan a través de tus ojos, poesía abierta y que me invaden siendo semilla de tu corazón. Deseo ser pluma, para hacer de tu alma, destello de estrella fugaz, deseo de aterciopelar tu cuerpo, momento de pasión en el ápice de lo remoto, en la lejanía cercana de tu piel.

Desiertos que se extinguen en los besos de tu boca, que son mares de espuma, y que con la noche se vuelven bruma, espacio infinito que sólo se vierte en tu río, cuando el mar de tu deseo, es lo único que deseo. Amapola es tu corazón, el mío nexo de unión, que como puente se extrapola, al despertar en tu alma, precipicio obtuso de tu boca, besando el infinito de mi claridad perfecta de mi ser dentro de ti.

                                               Soy tuyo, del viento que eres tu y de tu vida. (LUMAR)