La Torre de tu Ciudad

Y seguí la senda del viento, que me hizo ser tiempo a tu lado, que me hizo desfallecer, hasta caer a los abismos de tu cuerpo, hojarasca de verano que aún dura y que dirá que los labios eran iguales si me amas en las ciudades hechas por ti, con tus manos en las torres de mi corazón.

Y seguí la senda de tu tiempo, que me hizo aterrizar en las llanas palabras que para mi eran agudas, como el filo de tus besos, mareas de tempestades en tu cuerpo, que atenuaban banderas que eran irrompibles, si el color era el de tus ojos amados y amarrados a mi puerto, cuerpo de éxtasis esperando tu llegada a mi alma serena y apacible.

Y seguí la senda de tu corazón, coraza que fue deshidratándose al pasar cada segundo a mi lado, muralla que cayó con tus movimientos de ala de mariposa, volátil, sincera y eterna. Vuelo de coordenadas perfectas, hacia un lugar único, etéreo y con vistas al turno bondadoso de tus paseos que se hacen delicia de chocolate en mi corazón. Estado sólido, hecho líquido en tus labios y gaseoso cuando te busco entre las nubes.

Roberto Amador

LUMAR

                                           ¡El Turbón está hoy precioso! (Cajigar- Ribagorza)