Vuelta por el universo ( De pasión y órbitas equidistantes)

Me fui a dar una vuelta por el universo, con parsimonia por si, echando un vistazo te veía pasar. Todo daba vueltas, el viento me cantaba al oído, las estrellas eran linternas a mis pies, tu cuerpo, agujero negro que se perdía por el espacio. Mi espacio era el tuyo si me abrazabas, pero el tiempo se hacia infinito. No volvías, las horas eran siglos y tu cuerpo era estrella fugaz y polar, que atravesaba mi órbita, pero que no hacía parada.

Me fui a dar una vuelta por el universo, por si acaso mi verso era fluido y encontré tu figura, recostada en una estrella, la más bella, que me esperaba en las dunas de tu deseo. Mi deseo era furtivo, se iba y venía y volvía mojado cada vez que te besaba y ponía humedad a tu desierto hecho de flores plantadas en tu sexo, cuando te tuve en presencia de las órbitas de mi pasión.

Me fui a dar una vuelta por tu cuerpo, universo de alas eran tus brazos, que me tenían suspendido en el vacío del espacio sideral. Tu cercanía era el péndulo del ritmo equidistante entre tu bruma y mi espuma. Tus piernas eran columpio de retales rasgados por tu sabor y color, y el olor era incienso mientras pienso que te amo y que desgrano cada ápice de tu calor, hecho mío.

Me fui a dar una vuelta por tu amor, lleno de pasión, enjambre de estigmas, como pistilos en mi centro de mi universo hoy hecho tuyo. Lo tuyo es mío cuando cierro los ojos y te tengo atrapada en los labios de mi constelación perfecta, donde perduramos para toda la eternidad. Me fui a dar una vuelta para quedarme en tus adentros para siempre, hoy, mañana y dentro de un milenio.

        Del universo pude rescatar hasta tu bruma que caía en olas para mi. (Boltaña)