Mareas dispersas

Con el fin de mi existencia en el infinito, y con mi cuerpo extasiado de tanto buscarte, me encuentro con tu alma de cara, y el principio de tenerte se vuelve fin porque te vas, desapareces, y te adentras en mareas como olas que vuelven y devuelven la monotonía de tu cuerpo al no tenerte junto a mi.

Navegar en tu mar, presagio de torbellino con tormentas irascibles y con terremotos de escarpias, me hacen ser cometa volandera en huracanes donde no puedo llegar a ti.

Ayer fui marea y sentí que regresabas, pero olas ingratas me llevaban cada vez mas lejos de ti. Un susurro se hizo grito en la longevidad del mar. Te perdí la pista, y sin rumbo me equivoqué siguiendo la estrella bipolar de mi cuerpo.

Así mi cabeza era polo y mi corazón era bisentimental al quererte dos veces, una con el frío de la noche y otra con el calor de mi interior hecho amanecer. Así crucé ecuadores ecuánimes e equitativos que se unían en el centro de tu alevosía hecho pasión, meridianos paralelos y paralelas olas me reclinaban hacia tu latitud hecha longitud cada más lejana, más recóndita, más ignota...

Con el faro fundido de mi corazón, llegué a tu puerto en el amanecer, donde tus destellos eran espejos que habían desaparecido. Tu luz, estaba esta vez, en el cielo inalcanzable, lejos de mi alma...

Buscaré mi brújula para saber, que el norte es mi sur y que el este, reste longitudes hacia ti...o esté cercano a tu corazón.

                        Olas gemelas buscándose en la lejanía perfecta (Porutgal)
    
Roberto Amador