Siento que las palabras son magia cuando se entremezclan entre sí, podría decir que en la poesía no hay palabras elegidas o preferidas. Todas suenan grandilocuentes cuando el poema se hace infinito con sonido de universo versado en una única atracción.
Si tuviera que elegir una palabra para escribir el poema más bonito del mundo, sería el destino, ya que desde él, puedo volar por la vía lactéa, surcando universos de versos, que hacen del sonido una estrofa poeta, con sentido y rumbo hacia donde el lector puede poner la intensidad según donde se encuentre su alma.
Arpegio de pétalos, aterciopelando las casaualidades de límites, susurros de amaneceres de corales, anocheceres de faros lunáticos, esquirlas clavadas en el cielo, y horizontes de alas que son la bruma de la lejanía hecho cercanía en tus ojos. La luna se mezcla en mi mirada y se une como cópula de estallidos de sonidos rítmicos, que hacen brujería en el placer de cuerpos imantados, a altas temperaturas de grados, a minutos de ti, mi cuerpo se hace segundo, milenio en tu alma de vestigios de corazón.
Mi grandilocuencia se basa en estructuras hechas de retazos de amor, pasión y placer. Es un cúmulo de extremos mágicos, donde las palabras elegidas se vuelven espectador, y donde la sencillez habita en el culmen de límites de cadenas que se sueltan por sí solas.
Roberto Amador
Sonidos según mi grandilocuencia, subid la música (Huesca)
Si tuviera que elegir una palabra para escribir el poema más bonito del mundo, sería el destino, ya que desde él, puedo volar por la vía lactéa, surcando universos de versos, que hacen del sonido una estrofa poeta, con sentido y rumbo hacia donde el lector puede poner la intensidad según donde se encuentre su alma.
Arpegio de pétalos, aterciopelando las casaualidades de límites, susurros de amaneceres de corales, anocheceres de faros lunáticos, esquirlas clavadas en el cielo, y horizontes de alas que son la bruma de la lejanía hecho cercanía en tus ojos. La luna se mezcla en mi mirada y se une como cópula de estallidos de sonidos rítmicos, que hacen brujería en el placer de cuerpos imantados, a altas temperaturas de grados, a minutos de ti, mi cuerpo se hace segundo, milenio en tu alma de vestigios de corazón.
Mi grandilocuencia se basa en estructuras hechas de retazos de amor, pasión y placer. Es un cúmulo de extremos mágicos, donde las palabras elegidas se vuelven espectador, y donde la sencillez habita en el culmen de límites de cadenas que se sueltan por sí solas.
Roberto Amador
10 comentarios:
si señor, no tengo palabras para este comentario , pero si para hacerlo con MAYUSCULAS....BRAVO así se habla mejor dicho a si se escribe
¿ Esto es por que no sabes encajar las criticas? parece que viene a raiz del comentario del texto anterior.Un saludo.
... criticas????que criticas!! lo unico que ha echo ha sido volver a escribir,volvernos a enseñar la conjuncion de palabras pueden transformarse en una sencillez pura de pasion y placer,el que no lo entienda que se abstenga de leerlo.....
Creo que al autor (me quito el sombrero), sólo ha querido expresarse de forma para que todos lo entendamos, haciendo réplica al primer comentario de la anterior entrada. Lo ha hecho de forma concisa, ordenada y arropada. Creo que encaja las críticas como un señor. Cada día crece más, porque lo sigo todos los días y es exquisito. Gracisa
Me encanta todo lo que escribe, sea sencillo o enrevesado. Así demuestra que puede escribir de cualquier forma. Ha sabido mezclar la poesía con las matemáticas, con los planetas...con todo lo que se le ponga por delante. Un auténtico lujo para que lo leamos. No pares jamas de hacerlo.
Genial, me parece genial tu blog. Muy intenso y muy inmenso. Gracias
Los que te leemos, entramos para aprender y ver más allá de luces, paraisos, amaneceres...mientras unos duermen otros sueñan, y mientras otros sueñan, tu nos haces ver la realidad de tus letras. Sigue por favor.
Intensidad es tu grandilocuencia. Poeta fertil, poeta sabio...
A la hora del crepusculo son las horas en la que la musica es la eternidad de la poesia. Cada vez mas me sorprendes.
No dejes nunca que tu sentido comun te lo pises, porque tu eres tus palabras ordenadas, donde la sencillez es tu grandilocuencia, y tu grandilocuencia es tu sueño.
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